Donar alimentos ultraprocesados afecta a las poblaciones más vulnerables
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Donar alimentos ultraprocesados afecta a las poblaciones más vulnerables
En México, gran parte de las donaciones que las empresas hacen a los bancos de alimentos son productos de bajo valor nutricional, con altos niveles de azúcares, grasas y sodio. Una investigación de estudiantes de Nutrición del ITESO advierte que su consumo deriva en enfermedades como diabetes tipo 2, obesidad y colitis crónica.
Diana Alonso
A 44 millones de mexicanos no les alcanza el sueldo para pagar la comida básica del día, mientras que casi 30 por ciento de la población vive en la pobreza. Ante este panorama, la cooperación entre organizaciones civiles y bancos de alimentos es crucial para reducir la inseguridad alimentaria. Sin embargo, a través de donaciones, estas asociaciones reciben más alimentos sintéticos e industrializados (ultraprocesados) que alimentos básicos y nutritivos.
Las empresas suelen donar alimentos ultraprocesados porque son fáciles de almacenar y distribuir, además de representar un ahorro en términos de logística. Esta práctica, más que un acto de filantropía, responde también a intereses de posicionamiento de marca y a beneficios fiscales, que en México pueden alcanzar deducciones de hasta 7 por ciento del valor de los productos donados. Entre los artículos que se entregan también se encuentran productos próximos a caducar o con empaques dañados.
Alimentos que enferman a las personas
El Proyecto de Inserción Profesional (PIP) Alimentos Ultraprocesados e Inflamación advierte que estos alimentos contienen exceso de azúcares y grasas trans, además de componentes sintéticos, saborizantes y colorantes (algunos con efectos adictivos, como el glutamato monosódico). Su consumo está vinculado con el desarrollo de sobrepeso, diabetes tipo 2 y colitis crónica. Esta última genera otras enfermedades como alteraciones cardiacas, daño a tejidos sanos, e incluso cáncer.
Donar estos productos afecta el derecho a una alimentación sana, especialmente en poblaciones vulnerables. “Nuestro país se encuentra entre los primeros lugares en obesidad infantil”, señala Ivette Guevara, estudiante de la Licenciatura en Nutrición del ITESO e integrante del equipo que hizo la investigación.
El proyecto comenzó como un análisis de los efectos de estos productos en el organismo de las personas que los consumen con frecuencia dentro de una empresa. Ahora estudian este fenómeno en estudiantes del ITESO (en su mayoría mujeres) y aplican estrategias de prevención basadas en dietas y rutinas de ejercicio.
“El consumo de alimentos ultraprocesados está en aumento a nivel mundial”, señala Paola López, participante del PIP. Añade que, en muchos casos, las personas optan por este tipo de productos debido a factores culturales y a que se perciben como más accesibles en términos de tiempo, costo y disponibilidad.
Donar con conciencia
Del 26 al 28 de noviembre, el ITESO llevará a cabo una campaña de recolección de alimentos con el objetivo de sensibilizar a la comunidad universitaria sobre qué donar y por qué hacerlo. Se convocará a donar alimentos básicos de alto valor nutricional, como lentejas, frijoles, garbanzos, arroz y avena.
Esta iniciativa es resultado de la colaboración de integrantes de las licenciaturas en Nutrición e Ingeniería Industrial y la organización Banco de Alimentos, a través de su campaña Jalisco Comparte. “El enfoque es evitar una donación asistencialista y promover una donación consciente y responsable”, dijo Lalis Osuna, coordinadora de la carrera de Nutrición.
Donar alimentos no debe considerarse como la solución principal para el hambre en el país. Es imperativo promover una cultura de donación que priorice alimentos básicos y nutritivos, y que fomente la cooperación para atender la inseguridad alimentaria sin comprometer la salud y el cuidado del medio ambiente.
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